La Antigua Grecia estaba formada por varias islas rodeadas por el mar Mediterráneo. Está localizada en lo que hoy en día llamamos la península balcánica, las islas del mar Egeo y las costas de la península de Anatolia. Más tarde, la civilización griega se fue extendiendo gracias a las poblaciones que se fueron apoderando de Grecia por los años.

 

Grecia se caracteriza por ser una zona bastante montañosa. Mientras las montañas aseguraban protección, también llegaron a ser un problema ya que perjudicaban la comunicación entre los pueblos de Grecia ya que se veían separados por estas montañas. Debido a esto, la civilización griega optó por mejorar los caminos por medio del mar en vez de por vía terrestre. Los griegos eran personas que preferían comercializar con otras civilizaciones por medio de barcos en el Mediterráneo. Por estas razones, los griegos crearon las colonias. 

 

Cabe resaltar que un gran problema que tuvieron los griegos fue que, debido al lugar geográfico, las tierras no eran suficientemente fértiles, por lo que muchas veces sólo podían sembrar unas cuentas cosas que no eran suficientes para toda una población.